Reservar una cita

Envíanos tus datos para ponernos en contacto.
My Clinic Aesthetic

Bioestimuladores

El bioestimulador de colágeno Radiesse es un producto que ayuda a recuperar la tersura y elasticidad de la piel. Además, define el contorno facial y corrige pequeñas imperfecciones, estimulando de manera natural nuestro propio colágeno. Se trata un rejuvenecimiento del rostro sin cirugía.

¿Qué es un bioestimulador de colágeno?

La composición específica del bioestimulador de colágeno, conocido como Radiesse imita el armazón de colágeno de la piel para reactivar los fibroblastos dérmicos. Al cambiar los fibroblastos a un estado de “activación”, Radiesse desencadena la neocolagénesis y la elastogénesis, lo que favorece la renovación de la piel desde el interior.

¿Para quién está indicado este tratamiento?

El tratamiento con bioestimuladores de colágeno Radiesse no tiene una edad establecida. Lo aconsejable es realizarse este tratamiento cuando notamos una mayor flacidez y disminución de la calidad de la piel por pérdida de colágeno.

El colágeno es una proteína estructural que refuerza, sostiene y da forma y resistencia a todos los tejidos y órganos. Es la proteína más abundante en vertebrados, constituyendo más del 25% de las proteínas totales. Existen 20 familias de moléculas de colágeno, siendo el más abundante el colágeno tipo I, y más del 90% de nuestro colágeno es tipo I y III, ambos presentes en piel.

A medida que la piel envejece con los años, las arrugas y líneas de expresión de la superficie reflejan los cambios que se están produciendo por debajo de esta.

En una piel joven, la interacción con la densa red de colágeno activa los fibroblastos de la dermis que renuevan continuamente los componentes principales del armazón estructural de la piel, manteniéndola firme y elástica.

Con el tiempo, este “mecanismo de activación” empieza a fallar con los
años. La pérdida progresiva de colágeno debida a factores de envejecimiento intrínsecos y extrínsecos impide que se produzca la estimulación mecánica de los fibroblastos, que pasan a estar en un estado de “desactivación”, es decir, pierden su capacidad de renovar la piel y ello intensifica la aparición de signos de envejecimiento.